Volviendo del Pirineo Catalán, tras cruzar el tortuoso puerto de Cantó entre Sort y Adrall, nos dirigimos al sur, en dirección Lleida. Antes de llegar al pueblo de Oliana y justo después de una serie de túneles, encontramos a nuestra izquierda esta zona de aparcamiento.
La aproximación a la vía se inicia por un sendero que bordea una rambla, y empieza enseguida a ascender, a la vez que va girando a la derecha para acercarse a la base de las paredes (señalado con puntos rojos).
El primer tramo de la vía asciende por su parte posterior hasta un promontorio asomado a la carretera con excelentes vistas sobre el pantano.
La parte final del promontorio se desciende sin mayores problemas por el mismo cable de subida para iniciar el segundo tramo, donde lo primero que nos encontramos es el característico puente tibetano que cruza a la mole principal de la vía. Estos dos primeros tramos son más aéreos a medida que se avanza, pero no tienen dificultades especiales.
El tercer tramo está considerado en cambio como muy difícil. Justo antes del cartel que lo advierte, podemos abandonar por un sendero que desciende a nuestra izquierda, al pie de las murallas rocosas, hacia la vaguada que termina en el barranco donde dejamos los coches.
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La principal dificultad de este tercer tramo es un extraplomo que hay que superar tirando de brazos, con la ayuda imprescindible de una baga de seguridad para descansar del esfuerzo, justo antes del 'Paso de la Fe', donde hay que separar mucho las piernas entre las dos paredes de una fisura, para continuar ascendiendo por la de enfrente. Antes habremos flanqueado una cornisa sobre paredes verticales con un inmenso patio y un par de espolones más largos que los del comienzo.
La principal dificultad de este tercer tramo es un extraplomo que hay que superar tirando de brazos, con la ayuda imprescindible de una baga de seguridad para descansar del esfuerzo, justo antes del 'Paso de la Fe', donde hay que separar mucho las piernas entre las dos paredes de una fisura, para continuar ascendiendo por la de enfrente. Antes habremos flanqueado una cornisa sobre paredes verticales con un inmenso patio y un par de espolones más largos que los del comienzo.
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La vía todavía no termina aquí pero ya hemos recorrido su parte principal y tenemos que volver hasta Teruel, por lo que abandonamos hacia la derecha por un escape delicado, equipado con varias maromas, para llegar al mismo punto de inicio del tramo tres y de la senda de regreso al parking, que todavía nos llevará 50 minutos más.
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