domingo, 23 de enero de 2011

La Gomera: Gran Ruta del P.N. de Garajonay

La Gomera es una de las islas volcánicas inactivas del archipiélago canario, situada a sólo 35 Km. de la costa oeste de Tenerife y claramente visible desde ella, de unos 22 Km. de diámetro y con forma de meseta circular de la que irradian profundos barrancos hacia sus seis municipios costeros. Abrupta como todas las de la provincia, tiene su máxima altitud en el pico de Garajonay (1.487 m.), centro de la isla y del Parque Nacional del mismo nombre, que cubre el 10 % de su superficie.


Su joya natural es la laurisilva, bosque húmedo de hoja perenne constituído por laureles, hayas, brezos y helechos, que hace millones de años cubría casi toda Europa. Presente también en otras islas aunque con menor extensión y desarrollo, se alimenta del mar de nubes formado por los vientos marítimos, cuya condensación en los árboles atrapa y mantiene una humedad casi constante.


La conversión del vapor de agua en gotas de lluvia que caen de las ramas es a veces muy visible mientras se camina entre la niebla (lluvia horizontal o árboles que lloran), por un paisaje que parece transportarnos directamente a la era Terciaria.


En un nivel inferior, dentro también de los límites del P.N., abunda el pino canario, y por debajo ya de los 800 m. el terreno se torna un tanto desértico, salpicado de palmeras aisladas y de pequeños núcleos de población que cuelgan a veces sobre terrazas inverosímiles. Su economía tradicional de autoabastecimiento, todavía muy patente, va dejando paso a un turismo respetuoso con el medio natural.


Aunque tiene un pequeño aeropuerto que no debe ser apto para cardiacos, La Gomera suele visitarse en barco desde Tenerife, a través de varias compañías que la enlazan regularmente con el puerto de Los Cristianos. Es aconsejable reservar con antelación (puede hacerse online), embarcar el mismo coche alquilado en Tenerife con el fin de moverse por la isla, y pasar en ella al menos una noche, sin la obligación de regresar con el tiempo justo al último ferry de vuelta.


Así tendremos tiempo, aunque empecemos a andar tarde, de intentar la ruta más completa del Parque (ruta 18 o Gran Ruta de Garajonay), que comparte tramos con el GR 131 y atraviesa diferentes ecosistemas, en un exigente recorrido circular de 16 Km. y 1.000 m. de desnivel acumulado en subida.


Aparcando en la zona de Contadero (en la misma carretera dorsal de la isla, al pie de la subida empedrada al Garajonay), dejamos sin embargo el pico para el final de la excursión.


Iniciamos la vuelta en el sentido de las agujas del reloj, bajando por una bonita senda preparada con numerosos travesaños de madera a modo de escalones, hacia las profundidades del Barranco del Cedro.


Dejamos atrás la ermita de Lourdes antes de salir momentáneamente de los límites del Parque en el caserío del Cedro, una zona más abierta con huertas y un merendero que nos causan algunos problemas de orientación.



Como quedan pocas horas de luz, evitamos la visita de ida y vuelta hasta la cascada de El Chorro, barranco abajo, para buscar ya por nuestra derecha el camino de subida a la carretera dorsal, por una pista asfaltada que se adentra de nuevo en el bosque.


En medio de la subida, una senda más directa ataja una revuelta de la pista. Menos mal que llevamos algunos tracks previos de Wikiloc, La Gomera no es buen sitio para andar sin GPS (o para aprender a manejarlo).


Salimos así a la carretera dorsal en la Degollada del Bailadero, bastante más abajo y al este de donde aparcamos.




A partir de ahora cruzaremos la carretera más de una vez y la iremos dejando por arriba o por debajo, nunca muy alejados de ella, mientras seguimos disfrutando del submundo forestal oculto en las cumbres, con ocasionales miradores sobre los barrancos y roques del sur.





Pasamos por la Montaña de la Zarzita, los Miradores de los Roques, los Noruegos y el Alto del Pajarito, antes de llegar al pico Garajonay cuando ya no queda nadie, con las vistas del Teide al atardecer y del inmenso Océano Atlántico en exclusiva.



Por el camino enlosado que vimos al principio bajamos al coche, solitario también ya en la zona de parking, y seguimos camino del cómodo aparthotel Laurisilva que reservamos en Valle Gran Rey. Mejor ahí y no en San Sebastián donde desembarcamos, ya que así conocemos esta otra parte de la isla, todavía más relajada. Recomendable también la cena en el Abisina: sopa de berros, papas, medregal, viejas, chocos, atún y vino blanco del lugar, rodeados de alemanes.


Al día siguiente es Nochevieja y tenemos previsto un pequeño paseo, cerca del pueblo de Las Hayas. Por la mañana, todavía hay que comprar los aperitivos y licores para la cena, y ver cómo lo embutimos todo en el pequeño maletero del C3, junto con las mochilas, antes de volver a Tenerife. El cabrito es cosa de Tona...

(fotos de luisfergo y nachete)
Parque Nacional de Garajonay
Compañía de transporte marítimo en Canarias Fred Olsen Express
.

No hay comentarios: