martes, 14 de agosto de 2012

Despedida de los Alpes... hasta la siguiente

Los amigos del club que subieron al Mont Blanc el pasado jueves día 9 nos siguen contando sus excursiones por la zona, y nos envían ya el último lote de fotos antes de emprender mañana el viaje de regreso a Teruel, se supone que  con menos problemas para cargar todo en la Vito que cuando se marchaban hace dos semanas...


Ayer cruzaron el túnel del Mont Blanc para pasar al valle de Aosta y encontrarse con esta otra pareja que está por allí de vacaciones. Juntos visitaron  el bonito pueblo de Cogne, situado en la parte sur del valle, al pie del Gran Paradiso (4061 m), y las ruinas del teatro romano de Aosta.



El domingo, en Chamonix, habían subido para estirar un poco las piernas hasta el Lac du Brévent (2125 m).


Al estar en la parte opuesta del valle, esta excursión ofrece una espléndida vista de toda la vertiente francesa del Mont Blanc, con los otros cuatromiles del macizo (Tacul y Maldito) a la izquierda, y el itinerario de subida por Goûter a la derecha.



Buen viaje y hasta la próxima.

domingo, 12 de agosto de 2012

Turismo en Zermatt

Tras el éxito de su ascensión, los expedicionarios 'Mont Blanc-2012' se acercaron hasta Zermatt (Suiza) y nos envían una foto de todos los hombres del grupo -Chusa sería la fotógrafa-, delante del restaurante Ross Stall con su típica estatua de un íbice macho (Capra ibex), bóvido rupícola de gran cornamenta emparentado con nuestra cabra montés, aunque exclusivo de los Alpes.


Esperemos que sea sólo turismo y no vuelvan de allí con alguna idea para el año que viene, porque también nos mandan esta otra...

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jueves, 9 de agosto de 2012

Mont Blanc 09/08/2012. Foto de cima



 Y otra del avituallamiento en el campo base. Esos productos no tienen pinta de ser franceses...


Cima conseguida, enhorabuena

Acabamos de hablar por teléfono con el presi Pedro Gracia, que nos comunica que ya están en el apartamento de Les Houches haciendo turnos para la ducha, después de haber subido cuatro de ellos hasta la cumbre del Mont Blanc esta mañana: Joaquín Villarroya, Tomás Jiménez, Jesús Casas y él mismo, que lo hace por tercera vez. A Jesús Plumed se le hizo algo dura la subida y no llegó hasta arriba del todo y Chusa esperaba abajo, todos están bien después del palizón del descenso (2800 m, 300 más de lo habitual debido a obras en un túnel del tren de cremallera, que no llega al Nid d'Aigle).

Nos cuenta que pasaron la noche en el espantoso refugio viejo de Goûter, donde al no tener reserva -el día que la tenían no pudieron llegar debido al mal tiempo-, les rascaron 35 € por persona para poner la esterilla por debajo de las mesas del comedor, que estaba abarrotado, así andan las cosas por allí.

El tiempo ha acompañado según lo previsto, con temperaturas que no pasarían de -5º en la cima y con la isoterma -10 bastante por encima de los 5000 metros toda la noche, algo superiores a las normales por estas fechas, aunque con viento moderado del WNW en cotas altas.

El caso es que ahora deben estar ya hidratando a fondo, y todavía les quedan unos días para ir de turismo hasta el valle de Aosta o a Zermatt. Han prometido que esta noche nos enviarán si pueden alguna foto. A ver si es verdad, y enhorabuena a todos, compañeros, habrá que celebrarlo.

Vía Royale al Mont Blanc por Goûter II: Del refugio a la cima...

El refugio de Goûter (3817 m),  el más alto de los guardados en Francia, marca la entrada al mundo del hielo. De ahí para arriba ya no hay donde sentarse ‘en seco’ y toda precipitación es, durante cualquier mes del año, en forma de nieve.


 Este verano se inaugura un nuevo edificio de estética futurista, asomado, como el antiguo, al borde vertiginoso del hombro nevado donde antes estaba permitido el vivac. La saturación de la ruta hacía aflorar cada verano un poblado de tiendas semihundidas en la nieve, cada una en su pequeño foso para resguardarse del viento, una bella imagen que ha desaparecido con la normativa restrictiva actual.



Con buen tiempo, una agobiante lata de sardinas ofrece en realidad pocas comodidades adicionales respecto a una buena tienda en la nieve, excepto la cena consistente y un mayor calor humano y ambiental, que permite dejar en casa el saco de plumas. El problema es acertar con la reserva anticipada para esa ventana de buen tiempo.


En ambos tipos de alojamiento, el descanso nocturno suele verse afectado por síntomas de hipoxia debida a la altitud, si se trata de la primera pernocta cercana a los 4000 metros. Unos ritmos cardiaco y respiratorio que no vuelven a la normalidad a pesar del reposo, palpitaciones y cefalea, además de una extraña intranquilidad debida en parte a esas sensaciones y al temor de que vayan a más en mitad de la noche, hacen desear que suene pronto el despertador, lo que sucede como muy tarde a la una o las dos de la madrugada.


La ascensión de mil metros de desnivel entre el refugio y la cumbre, de cuatro a seis horas según el estado de forma y de aclimatación, suele etiquetarse como ‘engañosamente fácil’, o fácil con algunas condiciones. Las condiciones más adecuadas serían, básicamente: una madrugada despejada y apacible con la temperatura rondando los 8 ó 10 bajo cero; una huella marcada, con o sin filas de frontales por delante –entre los que seguramente habrá algún guía profesional-;  y al menos una persona con capacidad de decisión en el grupo.



Hay que contar con una sensación persistente de frío, intensificada por la altitud, que aumenta incluso un poco hacia el amanecer, resguardarse del viento y proteger cabeza y extremidades con lo mejor de nuestro equipamiento. Todo glaciar por definición tiene grietas, aunque en esta ruta y ajustándose a la huella, se encuentran por fortuna en mínimas dosis. Por los alrededores sí que se ven. El principal peligro, hoy en día también muy previsible, son los cambios bruscos de tiempo, que convierten las inocentes laderas y planicies nevadas en una ratonera.


La dureza y pendiente del piso aumentan progresivamente con la altitud hasta niveles moderados. Con los crampones calzados por supuesto desde el refugio, el grado de inclinación es bastante adecuado para llevar el piolet en el lado de la montaña y un bastón en el del valle. Con paso lento y constante, se alcanza el Dôme de Goûter (4304 m), casquete nevado con categoría de ‘cuatromil’, seguido por el amplio y ventoso Col du Dôme, desde donde es visible en un pequeño promontorio rocoso la caseta de duraluminio del Bivouac Vallot (4362 m), salvador refugio de fortuna en caso de mal tiempo, que vino a sustituir a un antiguo observatorio astronómico.


La cabaña Vallot se sitúa al pie de la arista de Les Bosses -dos jorobas blancas correspondientes a las cotas 4486 y 4513-, que lleva directamente a la cumbre en el tramo más afilado del recorrido. A diferencia de la jornada previa de aproximación, no hay trepadas ni sectores verticales, aunque en esta segunda parte de la subida es probable que un bastón dejado caer, u otro objeto desprendido de la mochila, desaparezcan velozmente ladera abajo. Algunos grupos que llegan sin encordar se encuerdan opcionalmente a partir de aquí, dando por supuesto que sabrán reaccionar en caso de resbalón de uno de sus miembros.


Los cien metros finales previos a la codiciada colina alargada que forma la  cima (4810 m) requieren una concentración extra, sobre todo en caso de cruce con otra cordada descendente, por su estrechez y caída hacia ambas vertientes -estamos ya sobre la frontera italiana, si bien los diferentes mapas hacen variar su posición, barriendo por lo general para casa. En esta embarazosa situación alpina, se le supone mayor valor al grupo que primero abandona la huella, mejor hacia un escalón lateral preformado y con el piolet a mano, sin movimientos bruscos y sin aparentar temor, pero sin alardes innecesarios…


Y ya está. Si no hemos trasnochado mucho, podremos tener la suerte de compartir la cima solitaria únicamente con nuestros compañeros, y de ver amanecer sobre Europa. Desde luego que queda toda la bajada (casi 2500 m hasta la estación final del tren de cremallera), pero la euforia y la creciente concentración de oxígeno irán compensando los efectos del cansancio. Al llegar, los turistas deberán cedernos respetuosamente el turno como a verdaderos alpinistas, según manda la tradición, y por nuestra parte hemos de acordarnos de desmontar el piolet de la mochila antes de acceder al tren de regreso, ya que no hacerlo es peligroso para el resto de viajeros…
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Las imágenes corresponden a la ascensión de otro grupo del club hace unos años. Esperamos las que puedan enviar los amigos que lo van a intentar esta misma noche...

miércoles, 8 de agosto de 2012

En el refugio de Goûter, sin derecho a litera


Nuevo mensaje telefónico de Joaquín (esta tarde a las 17:08):

'Estamos en el refugio, todo bien menos los p.... franceses'


Ejem, ¿será que les miran mal por estar allí sin reserva?. Bueno, así tendrán menos pereza para abandonarlo esta madrugada camino de la cumbre.

Esta noche contaremos en una nueva entrada cómo es la ascensión de mañana, mientras esperamos su foto en la cima, adelante...

Sol en Chamonix

Joaquín nos envía el siguiente mensaje y unas prometedoras fotos desde el valle de Chamonix, al pie del Monte Bianco:

'Hola de nuevo, hoy parece que esto va mejor, a ver si te puedo mandar alguna foto. Ya sé que sabéis que la primera intentona se abortó, pero mañana tengo el presentimiento de que llegaremos. Lo vamos a intentar otra vez ahora que hace buen tiempo, el fin de semana se estropea otra vez. Bueno hoy hemos estado en el glaciar de la Mer de Glace, dice Pedro que ha desaparecido mucho en estos diez años. Hemos estado practicando la escalada en hielo, y nos ha gustado. Bueno voy a cargar las fotos antes de que falle esto. Saludos.'





Muy animados se les ve, sin duda, y seguro que esta es la buena. ¡Adelante!

martes, 7 de agosto de 2012

Primer intento al Mont Blanc, pasado por agua

Nos cuenta Pedro por teléfono, ya que su conexión a Internet en Les Houches sigue siendo pésima, que las grises previsiones meteorológicas del día para Chamonix-Mont Blanc se han cumplido una vez más, como era de esperar, y que el grupo del club ha tenido que darse prudentemente la vuelta a la altura del circo de Tête-Rousse, completamente calados. De ahí para arriba, y especialmente en la arista de subida a Goûter, estaba cayendo ya la nieve.  

Como detalle reciente de la ruta, han podido observar que el gran corredor de 'la bolera' tiene este año poca nieve, por lo que se atraviesa por su parte alta, reduciendo la exposición a la caída de piedras.

Este el problema de las reservas del refugio con tanta antelación, que impiden elegir de antemano el tiempo idóneo; un par de días más tarde y habrían dado en el clavo. Al menos ya están de vuelta en el apartamento después de haber comprobado la aproximación y con planes para repetir el intento durante esta semana, cuando parece que se impondrá por fin el anticiclón al sur de Francia.   

Al no estar ya permitido el vivac en los alrededores, no quedará más remedio que subir hasta el refugio sin reserva, sacar los codos y extender la esterilla en el suelo del comedor o donde se pueda, una noche se pasa de cualquier manera...

Seguimos haciendo de cronistas. A ver si podéis mandarnos alguna foto, aunque sea por guasap, y ánimo compañeros, que no sabéis el calor que se está pasando por aquí...

lunes, 6 de agosto de 2012

Vía Royale al Mont Blanc por Goûter I: Del tranvía al refugio...


La ruta más frecuentada por los dos o tres mi excursionistas que intentan cada año adornar su curriculum con el gigante alpino sigue las pendientes largas y relativamente suaves de la arista de Goûter, que alcanzan la cima desde el noroeste, con la razonable dosis de peligro propia del entorno pero sin dificultades especiales. 



El punto de partida es la estación final, llamada Nid  d’Aigle, del TMB o tranvía del Mont Blanc, un tren de cremallera (tren turístico de montaña con un tercer raíl dentado para salvar fuertes desniveles) que parte de Saint-Gervais-les-Bains, a 590 m. de altitud y unos 20 km. de Chamonix valle abajo. El tren más alto de Francia fue inaugurado por secciones a principios del siglo XX, la última hasta el Nid d’Aigle en 1914, antes de que la I Guerra Mundial paralizase la idea inicial de llevar a los pasajeros hasta la mismísima cumbre del Mont Blanc, un proyecto que por suerte nunca se completaría.


Para abreviar el trayecto completo desde San Gervais (1:15 horas), suele atajarse tomando en la aldea de Les  Houches (a 9 km. de Chamonix) un teleférico que enlaza con la estación de Bellevue, parada obligatoria del tren de cremallera en el collado del mismo nombre, a 50 minutos de su estación de origen y 1800 m. de altitud. Al día siguiente, y con la cima en el bolsillo si ha habido suerte, habrá que volver a tiempo de tomar el último tren de regreso.


Este trasiego de remontes mecánicos, que se aprovechan para el esquí en invierno y para acercar al turista estival los grandiosos paisajes de alta montaña, forma parte de la logística de muchas ascensiones alpinas. Por un módico precio, o no tanto, nos ahorramos los niveles menos exclusivos de la gran cordillera, bosque y prado, que alargarían fácilmente cualquier conquista al menos en una jornada.


El Nid d’Aigle (2372 m) está en la morrena lateral del glaciar de Bionnassay, en pleno dominio ya del reino mineral. Piedra y laderas nevadas se mezclan en esta jornada de aproximación al refugio de Goûter (3817m), pasando de largo por el de Tête-Rousse (3167 m), en el pequeño circo del mismo nombre.

Uno de los pasos más característicos del recorrido atraviesa un amplio corredor nevado que desciende como un tobogán desde la misma atalaya de la Aiguille du Goûter, donde se encuentra el refugio. Este Gran Couloir concentra la caída de piedras desprendidas desde lo alto, por causas naturales o provocada por el paso de otros alpinistas, justificando su inquietante denominación popular de ‘la bolera’.


La tensa travesía en diagonal del gran corredor se hace necesaria para ganar el espolón opuesto, por donde continúa la ascensión por un terreno mixto, rocoso con zonas de nieve endurecida, y cada vez más pendiente (casco y crampones imprescindibles), equipado con cables de acero en los pasos más verticales que preceden al refugio.


Se avanza acariciando la roca y sin agarrarse mucho con el fin de no alimentar la bolera. Si se para a almorzar, hay que vigilar la mochila, que puede volar cresta abajo al menor descuido. Viendo algún parapete volar a nuestro mismo nivel, o por debajo, uno puede tener la sensación de estar alejándose mucho de la civilización y de que, tras el cambio de pendiente al final del espolón, un paisaje muy diferente espera …


Continuará...

domingo, 5 de agosto de 2012

Noticias desde Les Houches (Alpes)

La historia se repite diez años después. El Grupo Alpino Javalambre está en los Alpes, una excursión de esas extraoficiales aunque abiertas, para todo el que ha querido y podido. Frente al uso habitual de los clubs de montaña durante el resto de la temporada como sitio para conocer gente, llevarse material, agencia de viajes low-cost o trampolín de iniciación en la montaña de usar y tirar, tenemos esta otra faceta auténtica de compartir conocimientos y experiencias previas, por la simple satisfacción de hacer partícipes a los amigos. Aunque ya ha ido a los Alpes unas cuantas veces, allí está de nuevo el presidente, a punto de de ser abuelo, otra vez para arriba hacia el Mont Blanc con su fuerte grupo de debutantes alpinos detrás.

En el blog de Pedro intentará contarnos directamente como marchan las cosas, pero como la conexión que tienen en el apartamento debe ser algo regular, nos envian también a veces fotos sueltas y comentarios por e-mail, que compartiremos.

Este es el resumen en fotos de los tres primeros días, ensombrecidos por el precipitado regreso a casa de Fernando por una desgracia familiar: el primer día el glaciar de Argentière, el segundo el Mont Blanc du Tacul (donde se quedaron a 48 m. de la cima por el viento, después de remontar toda su agrietada ladera norte), y el tercero, para descansar, la ferrata de Curalla.





Según nos cuenta Joaquín, el sábado siguió lloviendo mucho, y hoy domingo se supone que toca descansar, pero el descanso puede ser un paseo de 700 m. de desnivel, allí los desniveles enseguida pasan de los 500 m, ya se sabe.

Mañana lunes está previsto subir al refugio de Goûter, para hacer el primer intento de ascensión al Mont Blanc al día siguiente, martes 7, si el tiempo no lo impide.

Pues nada, mañana igual contamos algo sobre esta vía normal de subida mientras estamos pendientes de más noticias, y suerte !!