el trul: La vía ferrata de Foradada otra vez

Variada, disfrutona, elegante, equilibrada… nos quedamos sin adjetivos para la flamante ferrata de Foradada del Toscar, situada además en un punto de lo más estratégico, entre Campo y Ainsa. Larga y exigente pero con moderación, sin pasos extraplomados, se afronta bien a condición de tener alguna experiencia previa dentro del grupo y, eso sí, suficiente decisión y dominio del vértigo en todos y cada uno de sus componentes.

Por ponerle algún pero, la parte inicial de la bajada, muy inclinada, está equipada con algunas cuerdas y cadenas que pueden quedarse algo escasas con el piso mojado. Por otro lado, la vía concentra toda la emoción en la primera parte, ya que la subida a la segunda cima, que puede evitarse por un escape intermedio, es bastante más relajada y rutinaria.

El caso es que hace menos de un mes que la probamos y ya estamos aquí otra vez, un pequeño batallón de nueve personas con cuatro cámaras de fotos para no perder detalle.

El punto de acceso es una pista que sale de la carretera y sube hacia la Sierra Ferrera a 1 Km. de Foradada del Toscar en dirección Aínsa. Puede aparcarse junto a la carretera (punto rojo, 15-20’ andando hasta el comienzo de la vía en el otro punto rojo) o a diferentes alturas de la pista (1,2,3), según su estado y el tipo de vehículo. En el curva 1 cabe un coche, en la 2 dos coches y en la 3 tres coches.

Aparcamiento en el punto 2:

Aparcamiento en el punto 3:

El trazado de entrada a la vía pintado en el cartel anunciador puede verse un poco mejor desde esta perspectiva, en la que reconoce hasta la primera cima. Por detrás de la peña separada se encuentra el puente colgante, que da acceso a la segunda parte de la vía, menos vertical.